martes, 25 de septiembre de 2018

Debemos Aprender a Reconocer la Diferencia Entre las Sanidades Iniciadas por Dios Y las Iniciadas por la Fe del Hombre




Debemos Aprender a Reconocer la Diferencia Entre las Sanidades Iniciadas por Dios Y las Iniciadas por la Fe del Hombre

Mucha gente no logra recibir su sanidad porque no se da cuenta que hay una diferencia; a veces Dios quiere hacer algo sobrenatural pero a veces es tu simple fe.

Me acuerdo en Estados Unidos cuando asistí a un programa de TV de Oral Roberts; cuando empezó a fluir la Palabra de Conocimiento, las personas que estaban a mis costados, la que estaba adelante y la que estaba detrás recibieron su sanidad por ese don del Espíritu. Y teniendo 19 años me pregunté: "¿Por qué no hubo palabra para mi?" Bueno en primer lugar porque no estaba enfermo y no la necesitaba. Pero aún, si hubiera estado enfermo eso no importaba, yo podía iniciar mi sanidad con mi propia fe.

Veamos en Juan 5:1-9 vemos un ejemplo de la sanidad iniciada por Dios: 

“Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda (Misericordia), el cual tiene cinco pórticos. En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo en el estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. Y había allí un hombre que hacia treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta al agua cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.”

Estas sanidades eran iniciadas por Dios; cada cierto tiempo, enviaba un ángel al Estanque de la Misericordia para que moviera el agua, y el primero que se tiraba al estanque era sanado.

Esta sanidad no era iniciada por la fe de alguien, era una expresión pura de la misericordia de Dios. No era iniciada por la fe del hombre, era iniciada de forma sobrenatural por Dios.

Los dones de sanidades son manifestaciones sobrenaturales del poder de Dios. En 1 Corintios 12:9,11 dice: “... y a otro, dones de sanidades por el mismo espíritu. Pero estas cosas la hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.”

Mucha gente esta esperando que Dios opere siempre de la misma manera. Piensan que Dios siempre va ha iniciar las cosas siguiendo un patrón.

Si Dios obra de una manera en servicio, piensan que el siguiente hará lo mismo; pero las cosas no son así. Ellos pierden su milagro, esperando que Dios haga lo mismo que hizo antes.

Las cosas no son como nosotros queremos, las cosas ocurren como el Espíritu Santo desea.

En Hebreos 11:6 dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios. . . .”

Las sanidades no siempre son iniciadas por Dios; por lo general, son iniciadas por la fe de la persona que desea ser sanada.

En Marcos 5:34, Jesús le dijo a la mujer del flujo de sangre, luego de recibir su sanidad: “Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.”

Eso es lo que Dios espera de ti, que te acerques en fe, y recibas lo que ha provisto para ti.



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